La posible vuelta a Windows en Múnich acabando con la etapa Linux de la que fue pionera, ha sido la noticia más comentada de la semana y a la espera de la resolución final de la administración de la ciudad, las distintas partes se posicionan.
Una de ellas es The Document Foundation, la fundación detrás de LibreOffice, la gran referencia en suites ofimática de código abierto y alternativa gratuita a la Microsoft Office, que tiene interés directo en el caso Múnich porque además de la vuelta a Windows la propuesta también contempla el retorno a la suite de Microsoft.
La fundación explica que la propuesta que se está discutiendo actualmente por las autoridades de Múnich, “desconoce que el motivo principal que la ciudad abandonara el software de Microsoft fue la búsqueda de la independencia de un único proveedor de software y el paso de un formato de documentos propietario a un estándar”.
“A pesar de que la propuesta asocia los formatos de documentos de MS Office con el concepto de ‘estándar de la industria’ debe quedar claro que todos los documentos de MS Office son propietarios y ofuscados y por lo tanto inadecuados para la interoperabilidad, incluso aunque hayan sido reconocidos por los organismos de normalización internacionales como ISO”, explica la organización en un comunicado de prensa.
La fundación considera que de salir adelante la propuesta representaría un “importante paso atrás para la ciudad de Múnich” y la decisión estaría en contra de la tendencia actual de la adopción de estándares de documentos abiertos en países como el Reino Unido, Francia, Suecia y los Países Bajos. Además, “Múnich perderá la independencia de un solo proveedor que ha buscado durante la última década”.
The Document Foundation también considera que los costos se incrementarán sustancialmente. Instalar Windows 10 y Office 2016 costaría 90 millones de euros, otros 15 millones de euros adicionales para reemplazar o actualizar PCs que funcionan bien con Linux pero que no lo harían con el software de Microsoft y una cantidad desconocida de costos ocultos relacionados con la interoperabilidad. “Un uso cuestionable del dinero de los contribuyentes”, critica la fundación.
No hay comunicación oficial de Microsoft que podamos contrastar. Veremos la decisión final del equipo de gobierno porque la propuesta que se discute desde hoy decide algo más de la infraestructura de TI de la ciudad de Múnich.
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